A propósito de visitar laXXI Fira de Terrissa de La Galera(Montsià) y de hablar con gente diversa que se encontraban por allí hemos
podido percibir, una vez más, la paradoja a la que está sometida la actividad
de la artesanía y más en concreto la cerámica. Con una tradición de formas y
procesos del pasado árabe y que en el pueblo se remonta a principios del s.XVIII
contando con una destacable actividad en el pueblo, hasta el punto de que en el
“Terracota, Centre d’Interpretació de la Terrissa de la Galera”, se exhiben
algunas tipologías de piezas propias del lugar. La feria se ha convertido en un
importante elemento dinamizador ya que cuenta con participación de prácticamente
todos los centros tradicionales de cerámica del Estado, una comunidad autónoma
y un país invitado. La proximidad a los destinos turísticos de las tierras del
Ebro y sus fechas de celebración, los primeros días de Mayo con una buena organización
y difusión permiten una importante afluencia de público.
Lo paradójico que
aludíamos al inicio se debe a que el último ceramista de La Galera no participa
en la feria. Tiene su taller abierto en un extremo del pueblo, como
históricamente se situaban para no incidir con la chimenea su horno sobre las
viviendas circundantes, y allí pudimos hablar con él, admirar y adquirir alguna
de sus piezas. “La cerámica en España no tiene futuro” es la frase que hemos
oído repetida en distintos lugares y por actores diferentes, sean jóvenes o
viejos. Los puntos de distribución, antes habituales en las grandes ciudades,
han desaparecido. La actividad está gravada con el 21% de IVA, así como la
energía que necesitan, por no tener un gran consumo, no pueden acceder a
precios más ventajosos, etc…Muchos de los talleres tradicionales compensan su
stock con producto importado a precio imbatible y van reduciendo su producción
propia. ¿Donde está lo sorprendente? Mientras que ferias y mercados de este
tipo tienen un gran éxito de público y se han convertido en elementos de
referencia para el turismo, sus protagonistas, los herederos de la tradición y
el oficio languidecen inexorablemente y todo lleva a pensar que estamos ante
las últimas generaciones de artesanos alfareros. En este blog hemos tratado
repetidamente este tema y también hemos constatado la poca transcendencia de
las campañas de promoción para vincular artesanía y diseño. Si pasáis por
ferias de este tipo aprovechad para comprar alguna pieza de un productor local
ya que quizás tendréis la oportunidad de poseer una de las últimas piezas y a
un precio de artesanía de antaño.
Imagen: plato para frutos
secos de Joan Cortiella ( La Galera). Una pieza simple y práctica con una forma
muy estética. Citando a Terenci Moix: “arte pobre, sensibilidades ricas”.
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