sábado, 3 de mayo de 2014

"Arte pobre, sensibilidades ricas"



 
A propósito de visitar laXXI Fira de Terrissa de La Galera(Montsià) y de hablar con gente diversa que se encontraban por allí hemos podido percibir, una vez más, la paradoja a la que está sometida la actividad de la artesanía y más en concreto la cerámica. Con una tradición de formas y procesos del pasado árabe y que en el pueblo se remonta a principios del s.XVIII contando con una destacable actividad en el pueblo, hasta el punto de que en el “Terracota, Centre d’Interpretació de la Terrissa de la Galera”, se exhiben algunas tipologías de piezas propias del lugar. La feria se ha convertido en un importante elemento dinamizador ya que cuenta con participación de prácticamente todos los centros tradicionales de cerámica del Estado, una comunidad autónoma y un país invitado. La proximidad a los destinos turísticos de las tierras del Ebro y sus fechas de celebración, los primeros días de Mayo con una buena organización y difusión permiten una importante afluencia de público.

Lo paradójico que aludíamos al inicio se debe a que el último ceramista de La Galera no participa en la feria. Tiene su taller abierto en un extremo del pueblo, como históricamente se situaban para no incidir con la chimenea su horno sobre las viviendas circundantes, y allí pudimos hablar con él, admirar y adquirir alguna de sus piezas. “La cerámica en España no tiene futuro” es la frase que hemos oído repetida en distintos lugares y por actores diferentes, sean jóvenes o viejos. Los puntos de distribución, antes habituales en las grandes ciudades, han desaparecido. La actividad está gravada con el 21% de IVA, así como la energía que necesitan, por no tener un gran consumo, no pueden acceder a precios más ventajosos, etc…Muchos de los talleres tradicionales compensan su stock con producto importado a precio imbatible y van reduciendo su producción propia. ¿Donde está lo sorprendente? Mientras que ferias y mercados de este tipo tienen un gran éxito de público y se han convertido en elementos de referencia para el turismo, sus protagonistas, los herederos de la tradición y el oficio languidecen inexorablemente y todo lleva a pensar que estamos ante las últimas generaciones de artesanos alfareros. En este blog hemos tratado repetidamente este tema y también hemos constatado la poca transcendencia de las campañas de promoción para vincular artesanía y diseño. Si pasáis por ferias de este tipo aprovechad para comprar alguna pieza de un productor local ya que quizás tendréis la oportunidad de poseer una de las últimas piezas y a un precio de artesanía de antaño.

Imagen: plato para frutos secos de Joan Cortiella ( La Galera). Una pieza simple y práctica con una forma muy estética. Citando a Terenci Moix: “arte pobre, sensibilidades ricas”.

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