Otra de las características de los muebles presentados en la feria de Milán ha sido la mezcla de materiales, las sillas de madera y plástico como la silla Belloch del equipo Lagranja y producida por Santa&Cole, las mesas de madera y metal como la Table B de Konstantin Grcic producida por bd. Maderas rústicas como decapadas y materiales de última generación o fruto de potentes moldeados. No hay duda que existe una tendencia de vuelta a lo rústico como señal de nuestro tiempo. El planeta al límite y encima la crisis global. Humildad y recuperación de imágenes de antaño cuando todo parecía más sostenible. El imaginario rural, junto con las plantas, que mencionaba en el apunte de ayer, caracterizan todo un espectro de los nuevos productos presentados.
Coinciden con esta apreciación unos artículos aparecidos en el suplemento dominical de El País del pasado domingo "Especial Lujo" y del cual destaco las siguientes citas para la reflexión: "Ahora el lujo es descubrir el valor añadido, huir de la frivolidad y potenciar conceptos como calidad, artesanía e inversión" "Las marcas se apuntan a proyectos ecológicos, procesos sostenibles y compromisos sociales..." "porque se está volviendo a una visión más clásica del lujo, donde se da cada vez más importancia al trabajo artesanal, la calidad de las materias primas, la tradición". Lo dicho, la cosa va por ahí (continuará)