Con el anunciado cierre
de la tienda Vinçon, no desaparece únicamente un comercio singular de los muchos
que lo han hecho recientemente en Barcelona, concluye un período de la historia
del diseño en nuestro país. Esta afirmación no es exagerada si atendemos al
impacto que ha tenido este singular comercio desde que los hermanos Amat,
Fernando y Joan, tomaron las riendas del negocio por los años sesenta del siglo
XX. Vinçon ha hecho pedagogía del diseño prácticamente en todas sus facetas: la
selección de productos, la puesta en escena, la gráfica, los escaparates y de
una manera muy especial con las exposiciones de La Sala Vinçon.
Conocí la tienda y a
Fernando Amat en unas conferencias del FAD donde asistíamos con devoción los
estudiantes de diseño a finales de los setenta. Aquella tarde recibí dos buenas
lecciones. Una, sobre cómo crear un clima apropiado para una charla, en la
entrada nos obsequiaron a cada uno con una caja de cartón llena de curiosos y
divertidos saldos. La segunda, sobre cómo crear un escenario interesante en una
tienda, con el apilamiento de un mismo artículo generando curiosidad y
expectativas sobre él.
Por La Sala Vinçon han
pasado los diseñadores nacionales e internacionales más famosos. Se han
realizado exposiciones retrospectivas y otras creadas ex-profeso
para la ocasión. Las inauguraciones eran verdaderas fiestas del diseño
especialmente en los años ochenta. En ellas coincidíamos con la mayoría de
compañeros de profesión y muchos de nuestros alumnos. Antes no desaparezca la
web es interesante dar un vistazo al listado de exposiciones realizadas. Una
verdadera cronología histórica del diseño. También han expuesto arquitectos y
artistas de varias disciplinas.
Con el grupo
Transatlàntic tuve oportunidad de exponer en La Sala Vinçon en el año 1986, Nexus
E:1/1, y posteriormente en alguna muestra colectiva. Tuvimos allí nuestra lista de bodas como también lo habían hecho varios compañeros y he
comprado algunos objetos que siempre me ha gustado señalar como ejemplos de buen diseño. Elegías un objeto confiando en el criterio de
Fernando Amat, pensando que si estaba allí tenía que ser por algo. No negaré que
en algún caso te causaba sorpresa la selección, pero muy pocas veces.
Una de las razones del
cierre, que no he leído y que puede ser muy sintomática, puede deberse a que su labor
mercantil, en el sentido de la cultura clásica de los grandes mercaderes que a
Fernando Amat le gustaba citar, ha concluido. Han aparecido muchos otros comercios que tienen
ya los mismos productos. El criterio del cliente después de tantos años ya es más autónomo con la oferta variada y de calidad que puede encontrarse. La
globalización permite obtener productos antaño difíciles de encontrar y el
producto raro, o de culto por decirlo de alguna manera, se puede obtener fácilmente por
Internet. Las coordenadas han cambiado. Amazon puede albergar muchos Vinçon
diluidos entre sus gigantes almacenes.
Probablemente no se
repetirá la coyuntura para que un comercio tradicional, una tienda con un extenso surtido de objetos
de todas clases, como decía el eslogan, alcance la dimensión que Vinçon ha conseguido. Como diseñador y como cliente quiero expresar: ¡gracias por las experiencias que me
habéis proporcionado!