Comienza una nueva temporada después del periodo estival y no se percibe un cambio de situación. La crisis y el desánimo continúan entre nosotros y por bastante tiempo según parece. He tenido el blog bastante desatendido entre otros motivos por el hecho que estoy terminando un trabajo de análisis sobre las relaciones entre artesanos y diseñadores en Cataluña. Realizando este trabajo he podido constatar que en épocas de crisis se despierta el interés por la artesanía. Así sucedió en los ochenta y está pasando ahora. Los procesos artesanos se ponen de moda ya sea por la publicación de libros como “El Artesano” (Richard Sennet, 2009) o por colecciones de mobiliario en la Feria de Milán. Creo que la artesanía será tendencia por dos motivos: como reacción a la globalización con la marea de productos provenientes de China -las tiendas de “chinos”, verdaderos focos de estudio sobre el fenómeno productivo de nuestra sociedad y que deberían motivar otros libros como El sistema de los objetos de Jean Baudrillard (1968) o la Teoría de los objetos de A. Moles (1975)- y por el hecho de que la forma de hacer del artesano conecta, en cierta manera, con la filosofía de los programadores de software de código abierto. El gusto por hacer las cosas bien y la participación en el nuevo contexto de las redes sociales. El rapid manufacturing abierto a la posibilidad que cada uno se diseñe y fabrique sus propios objetos entrelaza la tradición de la artesanía con las nuevas tecnologías. En este sentido es interesante ver la exposición en el Disseny Hub Barcelona “Laboratorio de fabricación: nuevos escenarios para el diseño y la producción tridimensional”.
lunes, 13 de septiembre de 2010
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